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.Lo que ha sucedido en la realidad es lo que habían contado poradelantado las novelas por entregas.--Es más fácil imitar al folletín que al arte.Llegar a ser la Gioconda es unbuen esfuerzo, convertirse en Milady sigue nuestra tendencia natural hacia lafacilidad.Diotallevi, que hasta entonces había permanecido en silencio, observó:--Miren el caso de Aglie.Le resulta más fácil imitar a Saint-Germain que aVoltaire.--Si --asintió Belbo--.En el fondo, también a las mujeres les resulta másinteresante Saint-Germain que Voltaire.Después encontré este Sile, en el que Belbo resumía nuestras conclusiones enclave novelesca.Digo en clave novelesca porque me doy cuenta de que sedivirtió reconstruyendo la historia sin poner, de su cosecha, nada más que unaspocas frases de enlace.No consigo identificar todas las citas, los plagios,los préstamos, pero he logrado reconocer muchos pasajes de este furibundocollage.Una vez más, para escapar a la inquietud de la Historia, Belbo habíaescrito y revisitado la vida por interpósita escritura.file name: El regreso de Saint-Germain.Ya han transcurrido cinco siglos desde que la mano vengadora del Omnipotente mearrojara desde las profundidades del Asia hasta estas tierras.A mi paso voysembrando el terror, la desolación, la muerte.Pero, qué diantres, soy elnotario del Plan, aunque los otros lo ignoren.He visto cosas mucho peores, ytramar la noche de San Bartolomé me resultó más tedioso que lo que estoy apunto de hacer.Oh ¿por qué mis labios se tuercen en esta sonrisa satánica? Soyel que soy, ah, si el maldito Cagliostro no me hubiese usurpado incluso esteúltimo derecho.Pero se avecina el momento de la victoria.Soapes, cuando yo era Kelley, me loenseñó todo, en la Torre de Londres.El secreto consiste en transformarse enotro.Con astutos engaños he hecho encerrar a Giuseppe Balsamo en la fortaleza de SanLeo, y me he apoderado de sus secretos.Como Saint-Germain ha desaparecido:ahora todos creen que soy el conde de Cagliostro.Hace poco que ha sonado la medianoche en todos los relojes de la ciudad.Reinauna calma sobrenatural.Este silencio me resulta sospechoso.La noche esespléndida, aunque gélida, desde lo alto la luna derrama su helada claridadsobre las impenetrables callejas del viejo Paris.Podrían ser las diez de lanoche: poco ha que el campanario del convento de los Black Fnars ha dadolentamente las ocho.El viento impulsa con metálico, lúgubre chirrido lasveletas que jalonan la desolada extensión de los tejados.Una espesa mortaja denubes cubre el cielo.¿Volvemos a subir, capitán? No, al contrario, nos hundimos.Maldición, dentro de poco el Patna se irá a pique, salta, Jim el del Cáñamo,salta.¿Acaso no daría para escapar a esta angustia un diamante grande como unaavellana? Orzad la barra, la cangreja, el juanete de proa, ¿y qué más quieres,maldito? ¡allá abajo sopla el viento!Mis dientes desgranan horribles chirridos y una palidez mortal enciendeverdosas llamaradas en mi rostro de cera.¿Cómo he llegado hasta aquí, yo, que parezco la imagen misma de la venganza?Los espíritus infernales sonreirán con desdén ante las lágrimas del ser cuyaamenazadora voz tantas veces les ha hecho temblar en el fondo de su abismo defuego.Vamos, allá brilla una luz.¿Cuántos peldaños he bajado hasta llegar a este cuchitril?¿Siete? ¿Treinta y seis? No ha habido piedra que haya rozado, ni paso que hayadado, que no ocultase un jeroglífico.Cuando lo revele, mis fieles conoceránfinalmente el Misterio.Después sólo habrá que descifrarlo, y su solución serála Clave, tras la cual se oculta el Mensaje, que al iniciado, y sólo a él, ledirá claramente cuál es la naturaleza del Enigma.Del enigma al desciframiento la distancia es muy breve, y una vez recorridasurgirá con claridad el hierograma, en el que se purificará la plegaria de lainterrogación.Después ya nadie podrá ignorar el Arcano, ese velo o manto otapiz egipcio que cubre el Pentáculo
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